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Video: Operación de un perro con cojera por luxación de rótula.
Nuestras mascotas a menudo sufren problemas osteo-articulares que les afectan a su vida diaria produciéndoles cojeras y dolor, por ello es muy importante realizar un diagnostico precoz para poder tratarlas a tiempo, garantizando de esta forma una recuperación temprana y satisfactoria.
Por ello en el Hospital Veterinario El Bosque contamos con el mas novedoso sistema de diagnóstico por imagen digital que junto a una exploración traumatológica minuciosas, nos permite diagnosticar patologías óseas y articulares y poder aplicar el mejor tratamiento a nuestros pacientes.
En la actualidad existen muchas patologías traumatológicas que afectan a diferentes especies y razas de animales, muchas de ellas relacionadas con la edad. Entre ellas cabe destacar:
- Patologías del crecimiento:
· Displasia de codo (no unión del proceso anconeo, fractura del proceso corónoides)
· Displasia de cadera (es una patología frecuente en algunas razas como el labrador retraiver con un carácter hereditario).
· Osteocondritis.
- Patologías Adquiridas y congénitas:
· Rotura de ligamento cruzado.
· Luxación de rótula
· Fracturas de huesos largos/humero, fémur), fracturas mandibulares.
· Artrosis.
· Artritis.
Muchas de estas patologías tiene tratamiento médico, pero muchas otras requieren de tratamiento quirúrgico para poder resolucionarlas. En el Hospital veterinario el bosque tenemos a nuestro alcance los medios más avanzados y las técnicas más novedosas para resolucionar quirúrgicamente Patologías osteo-articulares como:
· Resolución de rotura de ligamentos cruzados.
· Luxación de rótula.
· Fracturas de diferentes tipos y en diferentes especies(perro, gato, huron, conejo, otros...), mediante distintas técnicas: agujas intramedulares, fijadores externos, placas de osteosíntesis, etc...
Video: Intervención de un perro cojo por rotura del ligamento cruzado anterior en la rodilla
(técnica avance de la tuberosidad tibial).
TRAUMATOLOGÍA: EXAMEN ORTÓPEDICO:
Es importante la historia clínica, como en todos los procesos patológicos, nos dará información de razas, edad, estado físico, tipo de lesión, miembros afectados, progresión temporal del proceso, tratamiento anterior y respuesta…etc.
El examen clínico se realizará ordenadamente y con la misma sistemática para evitar errores por omisión:
Exploración general completa (para descartar procesos generales de locales en musculoesquelético).
Observación del apoyo estático y en movimiento, flexión, tumefacción, temblor muscular, atrofia muscular…etc. En movimiento observaremos el paso, trote y confirmaremos si hay claudicación en la extremidad señalada, si afecta a varias, si hay apoyo de dorso o arrastre de uñas, recolocación de las cargas mediante desviación de cola o cabeza, alternancia del peso de miembros afectados bilateralmente…etc.
Localizada la lesión, con el animal en decúbito idealmente despierto, realizaremos la exploración manual de las extremidades, buscamos puntos de dolor, crepitaciones, inflamaciones, calor, propiocepción y reflejos, anormalidades en el rango de articulaciones, comparando los miembros contralaterales, las articulaciones deben movilizarse de forma aislada y en su rango compleo de movimiento.
Diagnóstico Diferencia para la claudicación:
CACHORRO, RAZA GRANDE, MIEMBRO ANTERIOR:
AGUDO: Fractura fisaria, fractura ósea.
CRÓNICO:
OCD hombro
OCD codo
PANU codo
PCF codo
Cierre fisario prematuro
Incongruencia de codo
Núcleos cartilaginosos retenidos
Panosteítis
Osteodistrofia hipertrófica
MIEMBRO POSTERIOR:
AGUDO: Fractura fisaria ,fractura ósea.
CRÓNICO:
Displasia de cadera
OCD de rodilla
Luxación patelar
Avulsión del tendón digital largo
OCD tarso
Panosteítis
Osteodistrofia hipertrófica.
CACHORRO RAZA PEQUEÑA, MIEMBRO ANTERIOR:
AGUDO: Fractura fisaria o Fractura ósea
CRÓNICO:
Luxación congénita de hombro
Luxación congénita de codo
Cierre fisario prematuro
Inestabilidad atlantoaxial.
MIEMBRO POSTERIOR:
AGUDO:
Fractura fisaria
Fractura ósea/lesión por avulsión
CRÓNICO:
Necrosis avascular de la cabeza del fémur (Legg-Calvé-Perthes)
Luxación patelar
ADULTOS, RAZAS GRANDES, MIEMBRO ANTERIOR
AGUDAS:
Fracturas óseas,
Luxación de codo,
Luxación de hombro
CRÓNICAS:
Enfermedad articular degeneativa
Panosteítis
Tenosinovitis bicipital
Contractura del tendón del infraespinoso
Incongruencia del codo/radio curvo
Neoplasia ósea/del tejido blando
Lesión del plexo braquial
Enfermedad discal cervical
Enfermedad articular inflamatoria
MIEMBRO POSTERIOR:
AGUDAS:
Fractura ósea
Luxación de cadera
Luxación de rodilla
Síndrome de ligamento cruzado/meniscal
Rotura del tendón aquiliano
CRÓNICAS:
Enfermedad articular degenerativa
Panosteítis
Luxación patelar
Síndrome del ligamento cruzado/meniscal
Neoplasia ósea/de tejidos blandos
Síndrome lumbosacro
Enfermedad discal toracolumbar
Enfermedad articular inflamatoria
ADULTOS, RAZA PEQUEÑA, MIEMBRO ANTERIOR:
AGUDA:
Fractura ósea
Luxación de codo
Luxación de hombro
CRÓNICA:
Enfermedad articular degenerativa
Luxación de hombro
Neoplasia ósea/de tejidos blandos
Enfermedad articular inflamatoria
Incongruencia del codo/radio curvo
Enfermedad discal cervical
MIEMBRO POSTERIOR
AGUDA:
Fractura ósea
Luxación de cadera
Luxación de rodilla
Síndrome de ligamento cruzado/meniscal
CRÓNICA:
Enfermedad articular degenerativa
Luxación patelar
Síndrome de ligamento cruzado/meniscal
Neoplasia ósea/de tejidos blandos
Síndrome lumbosacro
Enfermedad discal toracolumbar
Enfermedad articular inflamatoria
FRACTURAS:
Rotura o discontinuidad de un hueso.
TIPOS DE FRACTURAS:
Las fracturas se pueden clasificar según distintos criterios. El más completo según el consenso internacional parece ser el del grupo de especialistas en ortopedia alemanes AO (Arbeitsgemeinschaft für Osteosynthesefragen). Según esta clasificación a cada hueso se le asigna un número, cada localización otro, y una letra para el tipo de fractura y se añade una subclasificación subjetiva respecto a la dificultad de resolución:
Hueso afectado:
Húmero: 1
Radio/Cúbito: 2
Fému: 3
Tibia/Peroné: 4
Segmento en que se ha producido la fractura:
Proximal:1
Tercio medio: 2
Distal: 3
Tipo de Fractura:
Fractura Simple: A
Múltiple: B
Compleja: C
Además de subdividir cada grupo en tres según su complejidad, del 1 (menos complejo) al 3 (más complejo).
Se complica además cuando las fracturas afectan a las epífisis:
No afecta a la articulación: A
Afecta parcialmente a la articulación: B
Fractura articular compleja: C.
Según la afectación de los tejidos asociados:
Fracturas cerradas: No hay solución de continuidad en la piel, no hay comunicación del hueso con el exterior
Fracturas abiertas: La piel ha sido lesionada desde fuera o desde dentro.
Grado I: Algún fragmento ha perforado la piel desde el interior, pero no se ve.
Grado II: Hay exposición de alguna porción ósea. Fracturas contaminadas.
Grado III: Se expone completamente el foco de fractura, incluso habiendo pérdida de material óseo. Fracturas altamente contaminadas, infectadas.
Con el grado de exposición se ve comprometido el proceso de vascularización, y por tanto el de cicatrización. Además del riesgo de contaminación, todo el proceso de reparación se ve ralentizado. Si durante el proceso de reparación no hay tejido blando para cubrir el defecto, conviene recurrir a plastias cutáneas o injertos, o recubrir el hueso expuesto con humedad.
En las de Grado II y III, debido a la especial contaminación, se actuará contra los agentes bacterianos:
Antibioterapia muy intensa, con previa toma de muestras para antibiograma.
Lavados profusos con sueros isotónicos, “Efecto arrastre”.
Trasplante de hueso esponjoso.
Estabilidad absoluta del foco de fractura, con los implantes de osteosíntesis que no lo invada.
Según el número de fragmentos:
Simple: Un hueso con un único foco de fractura, dividido en dos fragmentos.
Múltiple: Dos focos de fractura, al menos, tres fragmentos. Peor pronóstico por el compromiso vascular de los fragmentos. Si se consigue alinear las corticales completamente, recomponiendo la diáfisis, las cargas de soporte de la extremidad se convierten en compresión, que acelera la cicatrización.
Conminuta: Los fragmentos son de pequeño tamaño y no se consiguen alinear y estabilizar los focos de fractura, por tanto las cargas no se consiguen neutralizar, por tanto lo conseguiremos a través de los implantes de osteosíntesis. Serán de elección los más resistentes, que soporten grandes fuerzas de presión.
Según el plano de fractura:
Transversa: El foco de fractura es aproximadamente perpendicular al eje mayor del hueso fracturado.
Oblicua: Plano de fractura en ángulo con el eje mayor óseo, más cerrada casi transversa, o más larga casi paralela al eje.
Esto supone un reto en la resolución, puesto que según el ángulo del plano de fractura, cualquier deslizamiento o rotación de los fragmentos, por las presiones no neutralizadas, hará fracasar la completa cicatrización.
Espiroidea: Es un oblicua que rodea la cortical trazando una espiral. Muy frecuente en animales jóvenes, por movimientos de carga axial.
Fractura inestable a fuerzas de deslizamiento y rotación.
En tallo verde o Incompleta: no se pierde la integridad del hueso completamente.
Metafisarias y Epifisarias:
La mayoría de las fracturas son diafisarias, pero pueden ser meta o epifisarias. Más frecuentes en cachorros, con la complicación de la afectación de líneas de crecimiento, lo que supone una urgencia clínica. Clasificación Salter-Harris de fracturas fisarias: de animales jóvenes con afectación de las placas de crecimiento, también pueden darse en animales maduros.
Tipo I: Fractura completa de la línea de crecimiento, que supone la separación de epífisis y metáfisis. Con mayor frecuencia en epífisis distal del radio, cabeza del fémur y húmero. El potencial de crecimiento no se ve completamente afectado. El pronóstico es mejor cuanto menor desplazamiento, menor rotura de fibras colágenas y menor daño de células germinales, y mayor soporte vascular se mantiene.
Este tipo de fractura se observa en las inserciones tendinosas o ligamentosas, que a consecuencia de excesivas fuerzas de tracción, desprenden la porción de hueso donde se anclaban.
Tipo II: fractura de parte de la zona de hipertrofia de la línea de crecimiento y parte hacia la metáfisis. Es el tipo más frecuente, y más en epífisis distal de fémur. El pronóstico es como en un tipo I, dependiendo del aporte vascular de la placa de crecimiento y la metáfisis del hueso.
Tipo III: Afecta a la línea de crecimiento y se prolonga hacia la superficie articular. Muy rara, la encontraremos en epífisis distal del fémur de gato o epífisis distal del radio. Pronóstico peor por ser intraarticular y epifisaria, que supone una urgencia, y dependerá del daño que hayan sufrido las células hipertróficas y la estabilización que se consiga.
Tipo IV: Fractura que va desde la superficie articular pasando por la placa de crecimiento hasta la metáfisis. Fractura típica del cóndilo lateral de la epífisis distal del húmero. Pronóstico reservado, puede producirse un cierre prematuro de las placas de crecimiento.
Tipo V: Grupo de microfracturas que comprometen la línea de crecimiento, perdiendo su función. Más frecuente en radio y cúbito, distalmente. Suele ocurrir en caídas de altura en que el animal apoya sobre los miembros anteriores, o en luxaciones rotulianas de grados altos. El daño se produce a nivel de células germinales y vascularización epifisaria. El pronóstico depende de la cronicidad del proceso y la intensidad del trauma, y suelen retrasar el crecimiento de la extremidad y por tanto, acortamiento y curvatura de su eje.
Fracturas en T o en Y: Fracturas bicondilares de epífisis distal de húmero y fémur. Combinación de Salter- Harrys tipo III y IV (imagen en proyección dorso-plantar de la epífisis): dos Salter III forman una T, dos Salter tipo IV forman la Y.
Supracondilares: por encima de los cóndilos. Son metafisarias, y en animales en crecimiento podrían derivar de unas Salter tipo I o II.
El principal problema de las fracturas en que se ve afectada la articulación, es el pequeño espacio y conseguir la perfecta inmovilización, y en algunos casos los pequeños fragmento hacen imposible el acoplamiento de prótesis de osteosíntesis.
Fracturas por Arrancamiento o Avulsión: la característica es que las líneas de fractura se separan por tracción de un ligamento o tendón en su punto de inserción óseo. Son Salter tipo I, provenientes de focos de osificación secundarios, en que se separan por la placa de crecimiento. Las más frecuentes se dan en la Cresta tibial, punto de inserción del tendón rotuliano; en Olécranon, inserción del tendón del tríceps.
Fracturas Articulares: poco frecuentes en pequeños animales. Son una urgencia quirúrgica por la compleja reducción de la superficie de fractura a medida que pasa el tiempo. La complicación añadida se encuentra en la deficiente cicatrización del cartílago articular, que siempre será por segunda intención. La reparación básicamente se realiza por tornillos de compresión, y retirada de fragmentos no reducibles, con la prioridad de mantener la congruencia de la articulación. Si la superficie articular no se puede dejar perfectamente reparada, los defectos se cubrirán por fibrocartílago en una cicatrización por segunda inetención.
Después de una cirugía articular se necesita un comienzo del movimiento más prematuro y así eviar la “Enfermedad Articular”, es decir una pérdida de movimientos por anquilosis de las estructuras implicadas. Del mismo modo es imprescindible una recuperación de la circulación del líquido sinovial, y su actividad nutritiva de la articulación.
CICATRIZACIÓN ÓSEA:
La consolidación de la fractura es el proceso biológico por el cual se restablece la continuidad de los cartílagos y/o huesos, que componen el tejido funcional fracturado.
El objetivo del tratamiento de las fracturas es restaurar la cicatrización y mantener la funcionalidad y la estética del hueso afectado. Para ello es fundamental seleccionar el método y el dispositivo adecuado en cada caso, restaurar el tejido blando circundante que aportará gran pare de la vascularización y el soporte de la porción afectada, y proporcionar una estabilidad mecánica que permita la cicatrización del foco de fractura.
La irrigación del hueso, y la perfusión del tejido, son aportadas por la arteria nutricia o diafisaria principal (nutrición intramedular), las metafisarias proximal y distal, y las periósticas que se insertan en aponeurosis o inserciones tendinosas densas (vascularización extraósea e intraósea). Es importante conservar los tejidos blandos perilesionales, porque si se ha dañado la nutrición intramedular, el aporte sanguíneo y la perfusión del foco cicatricial se producirán por el exterior.
Hay que tener en cuenta distintos factores a la hora de elegir un sistema de osteosíntesis o una técnica de reparación, como el tipo de animal, su modo de vida, su hábitat y el tipo de propietario.
El proceso de cicatrización de cualquier tejido consta de tres fases: Inflamatoria, Reparadora, Remodelación. En la primera se produce un sangrado y formación de coágulo en el foco de fractura y tejidos circundantes, liberación de sustancias vaso activas inflamatorias y células inflamatorias y macrófagas encargados de la retirada de materiales necróticos y de desecho.
En la segunda, si la fractura es limpia (Estabilidad inmediata, perfusión sanguínea perfecta, reducción de bordes de fractura, ausencia total de movimientos de bordes de fractura, ausencia de infección…etc) y está totalmente estable, se puede producir una cicatrización por primera intención. En este caso no hay aparición de “cayo óseo”.
Unión Osteonal Directa: Desde un fragmento óseo hay una migración hacia el otro fragmento acoplado, de una osteona encabezada por osteoclastos. Forman un “puente” celular y se inicia una cicatriz interna.
Primaria con separación: Se produce un espacio mínimo entre bordes de fractura y se origina un llenado de tejido cicatricial y formación de hueso lamelar o hueso inmaduro que pasará a lamelar con la remodelación ósea correspondiente. Esta unión es muy rápida, aunque menos estable que si se viera reforzada por el apoyo del callo óseo.
La cicatrización por segunda intención se produce de forma natural, y es la que ocurre más frecuentemente (por retraso en la reparación, por contaminación o infección del foco de fractura, compromiso vascular, falta de fuerzas compresivas…etc.). El primer tejido que se forma es una especie de cartílago hipercelular que impide un movimiento excesivo del foco, que más tarde se osificará en un proceso endocondral. Se produce una reabsorción de tejido necrótico adyacente. Es fundamental preservar la vascularización en estos procesos. Se produce una migración de células, cuyo tipo va a depender de diferentes factores como el aporte de oxígeno. Tejidos con bajo aporte de oxígeno predominará el tejido cartilaginoso o fibroso. Mientras que si hay buena oxigenación predominará el óseo.
Esto es fundamental a la hora de elegir el sistema de reparación: los cerclajes y las placas de osteosíntesis originan una presión sobre el periostio que reduce su perfusión. Las agujas intramedulares comprometen las vascularizaciones diafisarias, y bloquean el flujo sanguíneo endóstico. La inserción de fijadores externos y sistemas de reparación cerrados afectann mínimamente los tejidos circundantes y la vascularización extraósea neoformada. Si bien las placas dinámicas y tornillos, recientemente publicadas, confieren una estabilidad mayor del foco de fractura con el mínimo compromido perióstico.
Las leyes de la osificación resumen las fuerzas a las que se ve sometido un foco de fractura durante su reparación.
Leyes de Roux: Presión, cizallamiento y tracción sobre línea de fractura. Las fuerzas que aproximan los fragmentos, presión, favorecen la cicatrización. Mientras que el cizallamiento desencadena la formación de pseudoartrosis en un intento de estabilización, y la tracción la formación de tejido fibroso o tendinoso.
Leyes de Hueter-Volkmann: describe las fuerzas sobre el cartílago de crecimiento. En esta, las fuerzas de presión inhiben o incluso impiden completamente el crecimiento de la placa de crecimiento óseo. La tracción o fuerzas de separación de los núcleos incrementan su actividad y el crecimiento óseo.
Leyes de Wolf: aplicación de fuerzas sobre el periostio. La ausencia de presión sobre el periostio genera pérdidas de masa ósea, por ahorro de energía. Las zonas de más presión, que soportan más carga, son las que se ven reforzadas por tejido óseo en la cortical. ESTIMULACIÓN ÓSEA:
Trasplantes óseos: Injerto de tejido óseo desde un donante a un receptor. El efecto se produce en tres fases: Osteogénesis, osteoinducción y osteoconducción.
Se producirá una osteogénesis a partir de los elementos celulares que sobreviven al proceso de trasplantado, los osteoblastos son finalmente destruidos, pero generan un aumento de la vascularización y una nueva trama ósea sobre la que puede generarse el nuevo hueso. Osteoinducción siguiente, estimula la diferenciación de las células pluripotenciales hacia una diferenciación en células precursoras osteogénicas, a partir de las proteínas morfogénicas óseas, BMP. Se induce en un estrecho margen de distancia, por lo que se debe repartir el material trasplantado por todo el foco a reparar. La osteoconducción produce el soporte pasivo de neovascularización. Los osteoclastos forman las lagunas de Howship, se invaden de nuevos vasos que atraen osteoblastos, y se deposita concéntricamente materiales de calcificación, constituyendo una osteona. Todo el proceso de sustitución dura años, momento en el que el hueso trasplantado será tan resistente como el original.
Trasplante de hueso esponjoso: aporta osteoblastos y proteínas BMP. Sus funciones son de Osteogénesis y Osteoinducción. Se obtiene típicamente de cresta ilíaca, tubérculo mayor del húmero, por accesibilidad y cantidad disponible. Es fundamental hacer la extracción de forma estéril y el colocado inmediato en el foco de fractura. Las indicaciones de este trasplante son “no uniones” artrodesis y fracturas conminutas.
Trasplante de hueso cortical: además de orientar procesos de reparación, Osteoconducción, además supone un soporte estructural. Puede ser autólogo, de un lugar donde no produzca perjuicio (cúbito, cresta ilíaca, costilla). Puede ser heterólogo, de otro paciente, con peor pronóstico por el riesgo de rechazo. Se puede disponer de un banco de hueso, congelado en condiciones de absoluta esterilidad y son tejidos blandos ni periostio, y mantener vivo durante meses. Los inertos de cortical deben ser completados con injerto de hueso esponjosos en ambos lados del material.
En el mercado los encontramos comercializados en fragmentos pequeños o “chips” de relleno. Se utilizan como soporte y se completan con hueso esponjoso, puesto que suponen material inerte correspondiente a cortical, adquiere así función osteogénica y neovascularización.
Injerto BMP o PRP: Osteoinducción artificial simulada por alfa-dibotermina (rhBMP-2), que genera cicatrización en no uniones o en fracturas conminutas para acortar los tiempos de cicatrización. El plasma rico en plaquetas en el foco de fractura activa la neovascularización y la cicatrización en muchos tejidos
Nunca emplearemos injertos en focos de fractura infectados, puesto que no tendrán el efecto que se busca. MANEJO QUIRÚRGICO DE FRACTURAS:
Principios básicos de manejo quirúrgico de fracturas:
Técnica lo menos traumática posible.
Reducción anatómica de los fragmentos óseos, sobre todo en fracturas articulares.
Fijación estable.
Permitir movilización temprana de la extremidad.
Las técnicas de osteosíntesis deben neutralizar las fuerzas que actúan sobre el foco de fractura y desestabilizan la cicatrización ósea. Permiten además recuperar la longitud del hueso, evitar deformaciones angulares y rotaciones.
Los implantes de osteosíntesis más usados en nuestra profesión son:
Fijación externa: Sistemas de agujas insertadas a través de la piely fijadas en ambas corticales del hueso. Las anclamos a barras conectoras externas por medio rótulas o masillas acrílicas, puenteando el foco de fractura. Requieren poco instrumental y son el medio más económico. Producen el mínimo trauma a los tejidos blandos. Suponen mínimo material de osteosíntesis en el foco de fractura. Son fácilmente combinables con otras técnicas. Son fáciles de retirar. Proporcionan una rigidez y alineación fácilmente ajustable. Son de elección en pequeñas especies, animales de poco peso, fracturas abiertas o infectadas, altamente conminutas. Indicadas en fracturas diafisarias, en mandíbula o en inmovilización transarticular.
Fijadores uniplanar-unilateral (Tipo I): Hemifijador o fijador universal. Los clavos atraviesan ambas corticales del hueso pero solo una superficie cutánea. La barra conectora estará en un solo lado. De elección en húmero y fémur, principalmente, donde no podemos colocar barras a ambos lados idealmente. Usados también en mandíbula y cadera. Asociación generalmente con clavos IM. Deben usarse los más gruesos posibles y, si es posible, con punta roscada positiva, que aumentará el poder fijador del conjunto.
Fijadores externos uniplanar-bilateral (Tipo II): Los clavos atraviesan las dos corticales del hueso y las dos superficies de la piel del miembro. Las barras conectoras están por tanto a ambos lados. Usados en radio y tibia. Mayor estabilidad, permite modelar las fuerzas curvando las agujas.
Fijador externo tridimensional C (Tipo III): “en tienda de campaña”. Son la unión de los tipos I y II perpendicularmente. Idealmente en fracturas con mucha inestabilidad y con un período de recuperación previsiblemente muy largo.
Fijador externo biplanar-unilateral: es la combinación de dos tipo I perpendicularmente, En aquellas en las que un bilateral no es posible.
Las desventajas son los problemas asociados con tejidos blandos y el aflojamiento prematuro de las agujas. Así mismo están desaconsejados como único método de fijación en fracturas de húmero o fémur, y en fracturas que requieren una reducción muy precisa y anatómica.
Para la unión de las agujas o clavos, con o sin barras externas, disponemos de varias opciones:
Sistema SK, K-E. Muy resistente, para barras.
Sistema Maynard. Muy económico. Rótulas de conexión de barras.
Acrílico o metilmetacrilato, muy ligero y versátil.
Sistema Ilizarov, fijadores circulares de fibra de carbono o aluminio.
Fijación interna:
Placas y tornillos: Sistemas muy versátiles. Estabilizan el foco de fractura de forma rígida, permitiendo la compresión interfragmentaria.
Placa neutralización
Placa compresión dinámica (DCP)
Placa de reconstrucción
Placa cerrojada (LCP)
Clavos cerrojados: Permiten buena neutralización de todas las fuerzas empleadas, sobre todo en fracturas diafisarias de fémur, húmero y tibia.
Clavo intramedular (IM): No neutralizan fuerzas de rotación ni de distracción. Fuera de resistencia a la flexión y al cizallamiento, de tipo dinámico. Se deben colocar los implantes lo más grueso posible que le canal medular tolere. Deben ser usados con otros dispositivos (como fijador externo “tie-in” o con placa y tornillos “plate & rod”. Son barras de metas (acero o titanio)
Clavos de Steinmann: diámetro mayor de 2mm.
Agujas de Kirschner: diámetro menos de 2mm. Son usadas como agujas intramedulares para estabilizar fracturas en animales en crecimiento, en los que permite un crecimiento longitudinal de huesos largas, por interferir mínimamente en las placas de crecimiento.
Agujas de Rush: originalmente agujas intramedulares, ahora también agrupan agujas o “pines”. Constituyen el único sistema de fijación eficaz para fracturas que afectan a placas de crecimiento. Este tipo de fracturas no se pueden estabilizar con puente rígido que interfiera en los procesos de crecimiento longitudinal del hueso. Otra peculiaridad es el tamaño reducido de uno de los fragmentos, metáfisis. Este tipo de agujas son difíciles de encontrarse comercializadas como tal.
Cerclaje: proporciona compresión interfragmentaria. Útil en fisuras. Usado como complemento a otros sistemas. Son alambres de acero quirúrgico, aplicadas normalmente alrededor de las diáfisis óseas. Se deben aplicar en bordes de fractura completamente reducidos y corticales alineadas perfectamente. Otro uso que se les da es como “bandas de tensión”
Banda de tensión: Usado en caso de fracturas por avulsión (Inserciones tendinosas). Produce compresión interfragmentaria por el principio físico denominado “tirante”.
Tornillos:
Tornillos de compresión: compresión interfragmentaria, sobre todo en fracturas oblicuas. Se emplea junto a otros sistemas.
Tornillos de posición: Para sujetar las placas a las dos corticales del hueso.
Tornillos de cortical: atraviesan las dos corticales diafisarias de huesos largos.
Tornillos de esponjosa: se anclan en metáfisis y epífisis. La diferencia de estos es que tienen un paso y diámetro de rosca, y número de espirales, mucho mayor a los de cortical, albergando mucha más cantidad de hueso por longitud de tornillo.
Placas: Uso generalizado desde los años 60, gracias a la AO (Arbetsgemanschaft für Osteosintesefragen) y la ASIF (Association for the Study os Internal Fixation). Básicamente el mecanismo de las placas es la unión mediante tornillos, que al presionar contra la cortical del hueso confieren mucha estabilidad al conjunto. Recientemente han aparecido las placas bloqueadas, que se enroscan al tornillo y no llegan a contactar con la superficie cortical del hueso y suponen otra ventaja más. Se clasifican como:
Placas de compresión dinámica (DCP) con orificios ovales, que actúan sobre el foco de fractura por compresión axial. Se colocan sobre la cara de tensión del hueso, con la presión de apoyo ejercen fuerza de compresión sobre la cortical opuesta.
Placas de neutralización de orificios redondos. Protegen el foco de fractura de fuerzas de flexión, torsión y cizallamiento. En fracturas oblicuas largas, espiroideas o múltiples con pocos fragmentos grandes. Básicamente todo tipo de placas tienen la función de neutralización.
Placas de elongación: para evitar la fatiga del metal, poseen agujeros en los extremos y una superficie maciza en el centro, donde se soportará mayor presión sobre el implante. Indicadas en fracturas en las que hay menos superficie de contacto entre los fragmentos y recae mayor estrés sobre la placa. Los agujeros son redondos y están situados a menor distancia entre ellos.
Placas bloqueadas: permiten una cicatrización biológica con mayor proximidad entre hueso e implante, sin comprometer vascularización periosteal e intraósea. Se permite el uso de tornillso mono o bicorticales, estos ejercen una mayor resistencia al arrancamiento. Su modelado no es tan importante como en otras placas. Los sistemas de placas poliaxiales permiten el angulado de los tornillos hasta 10º. La mayoría de placas son de titanio, más resistente a la infección y con mayor capacidad de osteointegración. Son menos flexibles por lo que pueden sufrir rotura con más frecuencia que las de acero.
PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN:
Anamnesis
Examen Ortopédico (sistemático y ordenado)
Examen Radiológico: Si es necesario sedaremos al animal, para evitar dolor y estrés innecesario y perjudicial. Un animal politraumatizado en serio compromiso de sus funciones vitales, corre mayor peligro de complicaciones por estrés y dolor de las que correría con una sedación adecuada (en los pacientes críticos, colocaremos un catéter intravenoso para estabilización y administración de fluidos, y administraremos Fentanilo a 0,1ml/kg o 0,005mg/kg + Midazolam 0,04 ml/kg o 0,2mg/kg IV lento diluido en la misma jeringuilla. Mantendremos asegurada una vía de ventilacióny tendremos a mano el tubo endotraqueal correspondiente para ese animal y el AMBU). De esta manera realizaremos una exploración segura y obtendremos radiografias diagnósticas de la gravedad real del cuadro.
Las radiografías de un hueso lesionado deben contener al menos las articulaciones anterior o proximal, y la posterior o distal. Deben realizarse al menos dos proyecciones, lateral y antero-posterior. Y ante la duda realizaremos el estudio de la extremidad contralateral, nunca en la misma placa. Ante la duda realizaremos el estudio de las áreas con sospecha de afectación.
Se procederá a la consulta con el especialista asignado en cada caso para evaluación de opciones terapeúticas, presupuestos y disponibilidad para consulta con especialista o resolución quirúrgica…etc.
Los animales que necesiten reposo absoluto (fracturas, politraumatizados y previos a cirugía de traumatología) tanto pre como postquirúrgica, deben permanecer hospitalizados en jaula, en nuestras instalaciones idealmente, o en su domicilio EN JAULA o transportín.
Los prequirúrgicos de cirugías de trauma deben incluir PRUEBAS DE COAGULACIÓN y ANALITICA BÁSICA al menos, puesto que las complicaciones de un traumatismo son: insuficiencia renal por isquemia y mioglobinuria, embolia grasa, hepatopatía por hemorragia, déficits de factores de coagulación por consumo, anemia ferropénica, infección, liberación de factores de inflamación, SIRS… Además de las necesidades habituales previas a cualquier procedimiento quirúrgico que implique anestesia general, como son evaluación de la función renal y hepática, puesto que son los dos sistemas principales de depuración de medicación anestésica y los principales afectados por posibles hipotensión o isquemia, hipertensión... El estado de inflamación o infección previas, la perfusión vascular que asegura un correcto recuento de células rojas, la concentración de albúmina que garantice una cicatrización reparadora del daño tisular realizado…
Las 24 horas de posoperatorio inmediato son de HOSPITALIZACIÓN OBLIGATORIA, para mantener la volemia, las cirugías de trauma son muy cruentas. El mantenimiento de una correcta cobertura analgésica (24h con morfina 0,01ml/kg ó 0,3mg/kg, o metadona 0,03ml/kg ó 0,3mg/kg cada 4 horas IM, normalmente, o CRI de FLK, MLK, MK, FK (M: morfina; K: ketamina; L: lidocaína), si son lesiones especialmente dolorosas o los animales presentan un estado de alodinia o hiperalgesia). La mejor garantía antibioterápica, y la aplicación de una sesión láser incluida en la hospitalización a las 12 horas postintervención, cuando el sangrado activo haya cesado, para encaminar la cicatrización desde el momento 0.
La cobertura antibiótica se ajustará a cada caso particular, dependiendo de las condiciones previas del traumatismo, la intervención quirúrgica, animal y ambiente… Como norma general, durante el período de tiempo que se mantienen fijadores externos debería mantenerse una cobertura antibiótica adecuada y una terapia LÁSER que impida la contaminación del implante y el hueso afectado.
Durante el postquirúrgico de fracturas, luxaciones rotulianas, cirugía de ligamento cruzado, osteotomías de cadera…etc, todas aquellas en las que se indica REPOSO ABSOLUTO, debe reiterarse a propietarios la obligatoriedad de confinar al animal durante el tiempo de cicatrización ósea (3-4 semanas en cachorros, 6-8 semanas en adultos) en JAULA o transportín. Se puede acelerar la recuperación y acortamiento de estos plazos con LÁSER-TERAPIA y ACUPUNTURA.
Pasados 15 días de la intervención quirúrgica se realiza la primera revisión ortopédica con radiografía de control. A los 30 días se realiza la segunda. En este momento se podrán marcar planes de REHABILITACIÓN. Se plantearán siguientes revisiones y posibles retiradas de implantes de osteosíntesis.
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